GOBIERNOS POPULISTAS
En política parece que todo vale con tal de obtener un voto más. Desde hace tiempo podemos ver el crecimiento en América Latina de los gobiernos llamados “Populistas”. Modo de gobierno que genera muchas posiciones encontradas, siendo valioso para algunos y para otros no. Pero veamos en concreto que es un gobierno populista. Al Gobierno Populista podemos definirlo como un gobierno que toma medidas específicas que saben que son del agrado de las grandes masas populares, aunque a fin de cuentas, dichas medidas puedan ir en contra del beneficio del propio país o del orden democrático. No se enmarca dentro de ninguno de los partidos políticos tradicionales, aunque los use para llegar al poder. Fundamentalmente se muestra en sus discursos combativos frente a las clases dominantes.
Toman medidas simpáticas a un sector mayoritario del pueblo con el solo objetivo de obtener el apoyo popular.
El populismo apela al pueblo humilde para construir su poder denunciando constantemente los males que producen las clases privilegiadas ganando con el discurso la simpatía de la población, particularmente de la que posee derecho a voto. Su objetivo primordial no es transformar profundamente las estructuras y relaciones sociales, económicas y políticas, sino que es perpetuarse en el poder. Los líderes populistas, por lo tanto, se presentan como defensores y redentores de los humildes.
HISTORIA
Su origen puede remontarse al período de la última república romana, donde aparecieron una serie de líderes llamados populares que con grandes fiestas y discursos empalagosos, pregonaban su oposición a la aristocracia y mediante la convocatoria a asambleas populares manipulaban al pueblo con líderes y discursos carismáticos.
Mas adelante en la historia vemos que el movimiento Nacional-socialista alemán y el Fascismo italiano, se caracterizaron por ser movimientos populistas que, con discursos y acciones reivindicativas de los obreros, aumentaban su popularidad dentro de las clases sociales mas bajas. También tuvo un fuerte auge en varios países de Europa y en Rusia. Luego de la crisis de 1930 y en especial luego de la Segunda Guerra Mundial, empiezan a surgir en América Latina.
El discurso con el que se convencía a la clase trabajadora facilitó la aparición de líderes carismáticos, demagogos y manipuladores. También, en algunos países como México y Perú, y con menor influencia también en Argentina, estos movimientos contaban con una fuerte presencia indígena con tradición comunitaria.
CARACTERISTICAS
En el populismo no importan las posturas ideológicas, izquierda o derecha. Solo importa la palabra mágica “popular o para todos”.
Dentro de sus principales características podemos observar que el populismo exalta la figura un líder carismático, simpático, un líder idealizadamente benefactor que resolverá todos los problemas de su pueblo, siempre que el pueblo crea sin titubeos en su “profeta”. Esta admiración hacia su líder, lleva a la fanatización de sus séquitos no permitiendo ninguna crítica o planteamientos hacia su persona. Son semidioses. La crítica al líder, ha llevado, incluso, a suscitar conflictos familiares.
El gobernante populista se apodera de la palabra. Esta es la mejor arma de su carisma. Habla con el público de manera constante, estimula sus pasiones, y hace todo ello sin limitaciones.
Son constantes las puestas en escena con lugares repletos de personas que ante la señal del líder gritan, aplauden, abuchean o se muestran contentos ante las cámaras, según el tono del discurso. El populismo fabrica la verdad. Dice lo que está bien y lo que está mal. Inventa la voluntad popular. Aborrecen la libertad de expresión. Confunden la crítica con la enemistad militante. Por eso es tan evidente el afán y la desesperación que tiene por los medios de comunicación, televisivos, radiales, redes sociales. Lo importante no es la realidad, sino, como ellos la cuentan, y no aceptan otra.
Para el populista los fondos públicos son suyos y no del pueblo. A sus proyectos los considera gloriosos y necesarios, sin tomar en cuenta los costos. Podemos escucharlos diciendo “ Yo voy” a enviar los fondos. O “voy a ayudar” a esa gente que lo necesita. Es como si el dinero del estado fuera de ellos, y no del pueblo.
El populista entrega dinero efectivo, no genera empleo o inversiones, porque tiene un efecto mas directo y puede cambiar su ayuda por obediencia. Y esto lo paga el pueblo con las reservas acumuladas, con el impuesto a las ganancias sobre los salarios, y sobre todo, generando una posteridad endeudada. Ellos, sin consultar, deciden que es mejor invertir en cosas vanales pero de mucha vidriera, en lugar de invertir en hospitales o escuelas.
El populista alienta el odio de clases, hostigan a "los ricos", como si la única forma de lograr bienestar es esperando que el que trabaja le comparta el fruto de su trabajo al que no lo hace, en lugar de mostrarle que con trabajo es la única forma de logar un ascenso social y un bienestar digno y perdurable. Acusan a las clases medias de ser "antinacionales" o haber hecho dinero a costa del pueblo pobre, entonces en su lugar, ponen a sus propios empresarios, que son patriotas que responden a la causa, creando así personajes de muy cuestionada honorabilidad.
Y no solo generan odio de entre clases sociales, también hay odio religioso y de pensamiento. Cuanto hace que no vemos a un Sacerdote hablando por TV de eventos eclesiales?. Cuanto hace que no vemos por TV a una persona que esté en contra del matrimonio gay, del aborto, o de la adopción por parte de los homosexuales?. Las manifestaciones en las calles, a favor del aborto, se ven incentivadas por el odio, y en su mayoría son violentas, con escraches, pintadas e insultos.
El populista moviliza permanentemente a los grupos sociales. Convoca y enardece a las masas. La plaza pública es un teatro donde aparece su Majestad representando la única, exclusiva y excluyente voluntad del Pueblo.
El populismo crea un enemigo quien será utilizado como chivo expiatorio para culparlo de todos sus fracasos. Fidel Castro convirtió esa pasión en la esencia de su régimen y Hugo Chávez armó simulacros de defensa contra una invasión que sólo existía en su imaginación.
No le afecta la crítica y para ellos no existe la autocrítica, y desprecia el orden legal e incluso, al orden natural. Por eso, una vez en el poder el caudillo tiende a apoderarse del Congreso y de la Justicia quienes terminan siendo un Ministerio más dentro del poder ejecutivo, obedientes al líder supremo.
Como indica la politóloga Gloria Alvarez, el populismo mina, domina y, en último término, domestica y cancela a las instituciones de la democracia liberal. El populismo detesta los límites a su poder, los considera aristocráticos y contrarios a la "voluntad popular". El líder y solo el líder, entiende las necesidades del pueblo, no necesita ni un grupo de gente que delibere o cuestione sus iniciativas, como el Congreso, ni necesita personas con falta de capacidad intelectual como la Corte Suprema de Justicia, que le impidan hacer lo que quiera.
¿Entonces, por qué prosperan estos gobiernos en latinoamerica? Porque son una postura en apariencia moderada, que promete un futuro mejor, pero que enmascara los desastres que provoca, posterga el examen objetivo de sus actos, doblega la crítica, adultera la verdad, adormece, corrompe y degrada al pueblo que piensa distinto.
CONSECUENCIAS
Se sabe que los grupos populistas se basan principalmente en la promoción forzosa del consumo y la redistribución. Normalmente atraviesan cuatro fases: el éxito al inicio, donde todo parece funcionar. Aumenta el empleo y el salario real. Parece haberse encontrado el modelo económico que realmente funciona para su pueblo. Este momento histórico luego será utilizado para acallar a los opositores en las etapas de caída. Luego de esta insostenible benevolencia temporal, empiezan los desbalances. Aumenta la inflación, crecen las deudas, disminuye la exportación y aumenta la importación, y se ve la caída de las reservas internacionales. La consecuencia de esto es el déficit fiscal, se gasta pero no se produce. Comienza la emisión monetaria para su financiación con la consiguiente devaluación de la moneda, aumenta la inflación y disminuye el salario real.
Por último, el ajuste. Nuevamente el trabajador pagando las consecuencias de las malas obras de gobierno. El ajuste se ve muy claro. Los sueldos aumentan en un porcentaje mucho menor que la inflación.
Tenemos que defender el retorno a un sistema de gobierno republicano, donde se respeten los derechos individuales y nuestra libertad de expresión, y permitir que el pensamiento nazca de nuestro propio criterio, y no del que impongan los grupos dominantes.