INSEGURIDAD – LA CAUSA MAS IMPORTANTE
Cuantas veces escuchamos noticias sobre hechos realmente violentos, y nos indigna totalmente la falta de iniciativa del gobierno o de la justicia para infundir un justo castigo al delincuente que lo comete. Vemos impávidos como nadie hace nada, y vemos con mas asombro aun, que se considere retrógrado o antidemocrático a quien emita un comentario sobre el hecho de imponer una pena a quien por ejemplo, asaltó a una pareja de abuelos, y luego de enchufar y calentar una plancha para la ropa por varios minutos, lo torturó a ambos generando quemaduras que lo llevaron a la muerte; o por ejemplo, un remisero que violó y mató a una joven en Chaco, y que en sus antecedentes contaba con cuatro violaciones mas y que según el criterio de el Juez garantista Axel López, el violador estaba en excelente estado psiquiátrico para vivir en sociedad; o por ejemplo un delincuente que tiene dos, tres o cuatro muertos en su haber, y aún así queda en libertad.
La pregunta es ¿porque tenemos la sensación de que nadie paga por lo que hace?. Porque aprendimos a ver como algo natural el vivir enrejados, con alarmas, a no salir de noche, a aprender de los consejos de algunos que nos invitan a llevar un preservativo en el bolsillo por si la violan. Porque nos acostumbramos a que se defienda y festeje la muerte mediante el aborto del niño engendrado en la violación, y a que se trate con tanta gentileza al violador. Porque nos acostumbramos a la insípida respuesta “de que la violencia en los robos es por culpa de la droga”, y toleramos tranquilamente que se haga apología de esta, y hasta dejamos que se legalice su consumo. Por que de parte del gobierno nadie reacciona? Es tan difícil terminar con la inseguridad?. Y entonces porque no se hace nada?
La respuesta a este interrogante nos dejará aun más indignados, pero lamentablemente vamos a tener que acostumbrarnos a vivir así, porque desde la prepotencia ideológica, con la que se imponen las cosas en este país, se viene promoviendo la aplicación del sistema penal conocido en el Derecho como el “Abolicionismo Penal”. Para ubicarnos un poco en el tema, digamos que su antecesor es el ya conocido garantísmo, que en materia penal, se corresponde con la idea de un derecho penal mínimo, que intenta poner fuertes y rígidos límites a la actuación del poder punitivo del Estado.
Características Del Abolicionismo Penal
Louk Hulsman, uno de sus mayores expositores en el mundo de esta teoría, nació en Holanda en el año 1923 y falleció en el año 2009. Tuvo entre sus mayores logros, pregonar y enseñar estas teorías en toda Latinoamérica. También participó activamente en conjunto con el Ministro de Bienestar Social de Holanda, en la aplicación de las conocidas “Políticas de Drogas” de Holanda, que lograron no solo la despenalización de la misma, sino que también permite, por ejemplo, adquirirlas libremente en kioscos y bares. También Hulsman aplaudió con orgullo el hecho de que Holanda tenga el honor de poseer una de las más grandes Zonas Roja del mundo.
Para saber un poco en que consiste el Abolicionismo Penal, revisemos los conceptos vertidos por Hulsman en una conferencia realizada en la cárcel de Devoto, Provincia de Buenos Aires, el 12 de Septiembre de 2007.
Allí Él explicó que… “es un movimiento social que quiere abolir el sistema penal, que parte de la suposición de que el sistema de justicia penal no es el único posible”. Dice… “las personas han crecido en un ambiente en el que se cree en la justicia penal, y por lo tanto, ese sistema se les presenta como normal. Pero las prisiones comenzaron a existir hace unos pocos siglos. Algunas personas que viven en comunidades o pequeños grupos, por ejemplo los esquimales, no tienen prisión.”
Hulsman parte de la idea de que la prisión es también un invento de países con predominio de la Religión Católica, ya que, según Hulsman, de la misma forma que la religión castiga al pecado, la sociedad sanciona al delito. Según Hulsman, no debería existir una lista de pecados (delitos) de la manera que existe. Sostiene que en una escala de valores, son más importantes los derechos humanos de los delincuentes, que el derecho penal que protege a toda la sociedad.
Para explicar que es el delito, sostiene que “esas cosas equivocadas que a veces hacen las personas, y que nosotros llamamos delitos, sería mejor llamarlos incidentes, tal como sucede en la Justicia Civil, donde todo se arregla entre las partes y entonces el juez trata de arreglar, de compensar lo que las personas quieren, y no imponer lo que pretende un sistema represor en mano de un Juez perfectible”.
Es decir, esta corriente pretende que, en lugar de tener un sistema que sancione los delitos cometidos, se reemplace por un sistema de solución de conflictos entre los particulares, sin intervención punitiva del estado, sin Código Penal y sin justicia penal y que en caso de que se cometa un delito, que a este no se lo considere delito y que no sea penado.
Este sistema se nutre también de la denominada “Teoría de la culpabilidad social del delito”. Se considera al delito como un conflicto entre clases sociales, y no se lo considera como un hecho del que el estado tenga ingerencia alguna. Es un choque entre particulares por tanto tendría que ser resuelto con un acuerdo entre partes y no con la privación de la libertad. El delito existe por la falta de responsabilidad social, es decir, por la culpa de la sociedad que se dividió en clases y una le quitó a la otra algunas cosas para vivir mejor, y la clase desposeída, tendría ahora una especie de derecho a tomar de la clase social más alta, lo que esta le quitó.
En apretada síntesis esta teoría sostiene que el delincuente es delincuente porque la sociedad le negó o le quitó, todo tipo de posibilidades de progreso, y ahora la sociedad (que somos todos) debe asumir su responsabilidad frente a esa verdadera víctima de la sociedad, ya que por su culpa, debe ahora robar para subsistir.
Todos estos argumentos, en mayor o menor medida, lo venimos escuchando desde hace tiempo de parte del gobierno y de los medios oficialistas. (roba para comer – mató pero es una buena persona – se prostituye porque necesita el dinero).
Hulsman, por su parte, llega a concluir que el sistema penal es un problema en si mismo, porque causa daño a los presos, razón por la cual, entiende que es conveniente su abolición, y considerando un fracaso el sistema carcelario. “La pena no termina cumpliendo su objetivo que es la resocialización del delincuente”.
Sostiene que el estado a través del derecho penal termina haciendo una selección discrecional e ideológica de los delitos que va a perseguir y de los que no, y concluye que siempre se termina persiguiendo a los pobres por sobre los ricos. Aunque de seguir así, no se perseguirán ni a unos ni a otros.
Sostiene que el delito, su culpa y su punibilidad dependen de la ideología del gobierno de turno. De acuerdo con su ideología algunos gobiernos serán más flexibles al momento de juzgar y condenar algunos delitos, como ser el robo a mano armada, hurto, homicidio en ocasión de robo, etc.
Será probablemente por eso que la Presidente de todos los Argentinos nunca recibe en su despacho a las Madres del Dolor.
Criticas Al Sistema Abolicionista
Como vimos, el primer argumento de esta ideología, es pretender abolir el derecho penal y suplirlo por un sistema solucionador de conflictos, en el cual el Estado no tendrá intervención y los conflictos (delitos), y sus soluciones serán pactados de común acuerdo entre las partes intervinientes.
Pero por mas esfuerzo que haga, no me imagino, sin la intervención de la policía, de un Juez, y de todo un sistema penal y carcelario efectivo, como puedo hacer para negociar en pie de igualdad con el jefe de la droga de mi barrio y sus amigos, para exigirle que deje de vender drogas en la puerta de mi casa, o para negociar con el adolescente menor de edad que vive en frente de mi casa, y que ya asesinó a varios, para que por favor por estos días evite asesinarme. Tampoco me imagino negociando con el que secuestró, violó y mató a mi hija de 12 años.
Que bueno sería, si se pudiera, vivir sin derecho penal como los esquimales. Pero aquí en Argentina, no hace tanto frío, y somos muchos esquimales para ponernos de acuerdo tan fácilmente.
Escuchamos ardientes defensores de esta corriente pidiendo derechos humanos para delincuentes, pero ninguno los exige para las victimas de la inseguridad. Porque para ellos, el delito no es delito, es solo es una conducta que a cierta gente le molesta. Delito es el hambre, la falta de vivienda, de educación etc. En eso estamos de acuerdo, pero en ese caso el delito lo comete el Estado, así que por favor que el Estado haga algo para evitar el hambre, pero en base al trabajo y no a la justificación o despenalización de la delincuencia.
Justamente para evitar el caos, que ahora novedosamente propone el abolicionismo, nació el Derecho como conjunto de normas. Antiguamente, los más fuertes físicamente dominaban a los más débiles físicamente. Así también el hombre dominaba a la mujer. Y los grupos de hombres más fuertes sometían a los grupos de hombres más débiles. Con la evolución del ser humano, y la necesidad de vivir en sociedad para poder satisfacer sus necesidades, se creó un sistema de leyes, con el fin de organizarse y evitar el caos, creándose así el Derecho como ente superior para dirimir los problemas en pie de igualdad.
Pensemos que si el delincuente, sabiendo que por robar o matar puede ir preso, e igualmente lo hace, imaginemos por un segundo que pasaría si no tendría la amenaza de la prisión, y según este sistema, el peor castigo que tendría sería tener que negociar con su víctima la forma de reducir los daños causados. Desaparecería el delito o se incrementaría, como pasa actualmente?.
El problema mas grave de esta ideología es que su objetivo principal, no es que no se comentan delitos, sino que su objetivo es que no haya gente en la cárcel. Y se podría de esa forma pretender disminuir las causales por la que la gente quede presa, y por tanto podría disminuir la cantidad de hechos que se tilden como delitos. Actualmente se despenalizó el consumo de drogas; se está despenalizando el aborto; se tiene más contemplación con el robo a mano armada, se reducen las penas, existen las salidas transitorias de presos para ir a manifestaciones de la Cámpora, etc.
Fracaso del Sistema Carcelario
Otro argumento que esgrime el abolicionismo es que el sistema penal fracasa porque no funciona el sistema carcelario. Entonces la solución que propone es dejar libre a todos los delincuentes. En su lugar se debería hacer cumplir la Constitución Nacional y pelear porque las cárceles sirvan para resocializar al preso. Podríamos crear un sistema carcelario en donde el reo deba trabajar para ganarse los elementos necesarios para vivir mejor dentro del Penal, con un eficiente sistema de premios y castigos, que le enseñe al reo a trabajar para ganarse lo necesario y no como ahora, que viven en un sistema en donde solo aprenden de sus compañeros de celda, nuevas tácticas de robo. Hagamos lo que hagamos, de ninguna manera podemos argumentar que lo mejor es eliminar las cárceles y dejar a todos los delincuentes sueltos, ya que ¿si el preso no se resocializó, como va a quedar en libertad?. Si el remisero violador, no estaba listo para ingresar a la sociedad, porque se lo dejó ingresar a la sociedad, y no se evitó lo que sucedió después, una nueva violación y muerte evitable?. Como se ve, este sistema aparte de tener un alto contenido ideológico equivocado, no mejora ni sustituye al sistema penal vigente.
Rúbricas del Abolicionismo en la Actualidad
La primer señal que da el abolicionismo es la de tildar de “mano dura” a cualquier intervención de la autoridad, policial o judicial, en busca del orden.
Pero la intervención de la autoridad, no es algo negativo. Veamos que pasó en materia de tránsito, por ejemplo, con el uso del cinturón de seguridad, o con los test de alcoholemia. En estos casos el estado ejerció duramente su autoridad y se logró un gran beneficio para todos, aunque según los garantistas esa intervención del estado podría ser considerada “mano dura”.
Otra forma de visualizar el actuar de esta ideología, la vemos en el uso abusivo de los medios para mostrar lo deficiente del sistema carcelario argentino, ayudado por la pasividad del estado para hacer que esto no cambie. Luego, en base a la impunidad que este sistema viene instaurando, ya nos acostumbramos a vivir rodeados de delito. Alguien dejaría la bicicleta sin candado, o la puerta de casa abierta. Alguien dejaría la campera en el auto sin poner la alarma. Muchos comerciantes incluso, dentro de sus gastos fijos, además de los impuestos, alquiler, aportes, y demás, incluyen las sumas de dinero que le van a robar y/o la reparación de los destrozos que le pueden ocasionar en el negocio. Esbozamos con resignación un deseo: “que me roben esta bien, pero que no que maten”. Seguro que Ud. se sintió identificado con alguna de estas afirmaciones. Como verán, ya estamos acostumbrados al delito. El delito pasó a ser algo común entre nosotros.
Los partidarios del abolicionismo, a través de los medios utilizan lo que Foucault definía como la táctica del yudoca. Esto es, aprovechar la debilidad del oponente que se genera cuando éste se descontrola descargando toda su violencia, por ejemplo, cuando se da un caso de inseguridad reportean en vivo y sin filtro, a los parientes de las victimas, que llorando, y con una terrible impotencia de ver a su hijo muerto por una asesino que en pocos meses quedará libre, va a descargar su furia diciendo cosas incoherentes como “quiero la pena de muerte, quiero que se pudra en la cárcel, el que mata tiene que morir, etc”. Esa nota “sin querer” saldrá al aire, y sus dichos nos producirán obviamente un gran rechazo. Y es entonces cuando los abolicionistas utilizan los argumentos violentos esgrimidos por las víctimas y sus familiares, para que, tranquila y sigilosamente, expliquen que la cárcel no es venganza; que porque tanto odio a un delincuente que se equivocó etc., y de esa forma, subliminalmente, explicar las ventajas de su novedoso sistema. ¡Si Granshi viviera, que feliz estaría!.
Otra forma de manejar la opinión pública, es el manejo de estadísticas adulteradas o inexistentes, como por ejemplo, que en nuestro país se realizan 500.000 abortos anuales; que la inseguridad es una sensación porque el índice delictivo bajó; que en los países donde se legalizó la droga bajó el consumo; se conoce cuantas personas mueren por ajustes de cuenta por la droga, o delincuentes muertos en manos de la policía, pero que poco que se publica sobre cuantas personas mueren por día por la inseguridad y la delincuencia.
Todo este avance del abolicionismo no tendría tanta importancia, y podríamos tomarla como una teoría mas, impulsada por el progresismo, pero aparece el grave inconveniente que entre uno de los mas importantes expositores y defensores de esta teoría en Argentina, es el Ministro Kirchnerista de la Corte Suprema de Justicia, Dr. Raúl Eugenio Zaffaroini, quién mas allá de declarase a favor del aborto, de la legalización de la droga, no pierde una sola oportunidad para publicitar los beneficios de esta ideología abolicionista .